Buen día nos de Dios. El mar es el reflejo del mundo. Alguna vez es plácida, tranquila como nuestra propia vida y otras esta bravía como la tempestad que en muchos casos estamos metidos. El mar puede ser el mejor compañero aunque no hay que confiarse un solo minuto pues puede convertirse en nuestro peor enemigo. Nosotros vamos caminando por el mundo viviendo cada minuto con intensidad y ya sabemos que para hacerlo y sentirnos bien debemos entregarnos a los demás con una palabra de animo, una sonrisa, un abrazo, una necesaria ayuda pues así hacemos felices a nuestros semejantes y lo somos también nosotros porque sabemos que lo que hacemos agrada a Dios. Que nuestra vida sea como la de un buen marino que cumple todos los días con su obligación para que su navío vaya surcando la mar tanto en la calma como en la tempestad para que cuando llegue la noche de nuestros días recibamos el merecido descanso. Hoy quiero dedicar mi diaria reflexión a un buen marino de vocación y profesión: Mario Bueno que todos los días surca esos mares de Dios. Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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