viernes, 1 de junio de 2018

1 de junio. Templanza.

La imagen puede contener: Jesús Rodríguez Arias, gafas, barba e interior

Buen día nos dé Dios.
Ayer hablaba con una persona muy querida que siempre que tengo que hacer algo intento mantener la calma, ser frío en mis ideas, porque desde la templanza se ve todo de distinta manera, puedes llegar a captar la dimensión exacta sobre la cuestión que tengas que afrontar.
Hacer, decir, escribir, algo que tenga consecuencias no se debe hacer en "caliente", ni cuando estés jubiloso, estés triste, estés enfadado porque tus propios sentimientos no te dejan pensar.
Cuando hablas sale ese genio, ese carácter, que lo tienes que tener muy medido para que las palabras no se la lleven el viento pero cuando escribes eso ,eso es diferente. Para escribir hay que pensar y lo que pones negro sobre blanco lo estás haciendo con premeditación y alevosía. Sé lo que es escribir, sé lo que ponerme a escribir, pues ya son muchos los años que me dedico con vocación a este precioso don que Dios me ha regalado en un momento determinante de mi vida.
Por eso a mí no me vale el que se diga eso tan manido y socorrido de "es que yo no quería escribir eso"... ¡Mentira! Todo lo escrito está pensado y todo lo escrito ha sido redactado desde la conciencia, desde ese pensamiento que piensas tienes que hacer sea en el tema que sea, sea el momento que sea.
Hablar es completamente distinto pues cuando las ideas fluyen y no puedes aguantar dices lo que dices y algunas veces sin pensar.
Por eso en esta vida aconsejo un principio que intento llevar a mi vida: La templanza.
No hay que hacer o decir nada cuando los sentimientos nos desborden pues no seremos verdaderamente objetivos, es necesario el sentarse tranquilamente en esa piedra que nos encontramos en el camino y pensar, meditar, pedir a Dios que te ayude porque cuando tengas que actuar hacerlo con argumentos sólidos y a plena conciencia.
Lo demás no es recomendable, lo demás no vale la pena, lo demás se lo dejo a esos que piensan que todo el campo es orégano y que todos somos esos tontos útiles que sirven a sus intereses sin impotarles nada más y no saben que la mentira y la desfachatez tienen las patitas muy cortas...
Pidamos al Señor nos de templaza y acreciente nuestra capacidad de pensar aun en esos momentos que crees no puedes.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Jesús Rodríguez Arias

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