Buen día nos dé Dios.
Soy de los que llevan a la práctica eso de que "a mal tiempo buena cara" que es lo mismo que decir que afrontar las tempestades de la vida con Esperanza.
Seguro que hoy tenemos personas queridas que lo están pasando mal, que están enfermos, que están hospitalizados, que están en quirófano...
Seguro que tenemos personas queridas que sufren sus padecimientos con esa sonrisa, ese optimismo, ese decirnos que nunca pasa nada aunque por dentro se sientan cada vez peor...
Seguro que tenemos personas queridas que están sufriendo incomprensiones, persecuciones, olvidos por parte del resto del mundo porque piensan ya no son útiles para sus fines.
Seguro que tenemos personas queridas que hacen más que otros y nunca serán reconocidas por nada.
Seguro que conocemos a alguien que siempre está cuando lo necesitamos pero que cuando necesita algo suele esperar en la inmensa soledad.
Nos hemos acostumbrado al dolor y parece que no nos duele nada de nadie ni de nada, parece que la enfermedad, los padecimientos, la muerte han sido borradas de la gran pantalla a base de ponernos todos los días más y más muertes, guerras, escenas de hambre, de inmenso sufrimiento. Nos hemos acostumbrado a "ver" como millones pasan hambre a la hora del almuerzo y mientras nosotros nos llevamos un trozo de carne a la boca un niño con ojos de deseperación nos dice con la mirada que le queda poco por vivir.
Pero esas situaciones no solamente la vemos en la televisión sino que la tenemos muy cerca nuestra, a la vuelta de la esquina, y entonces preferimos mirarnos al respectivo ombligo porque si lo hacemos cara a cara podremos comprobar que la realidad supera con creces a esa ficción que nos han fabricado para nosotros.
No olvidemos que de toda experiencia dura se sacan muchas buenas para la vida, para tomarla como es, un regalo de Dios que lleva una misión añadida, cada uno la suya.
Hoy que seguro que muchos lo están pasando mal no vendría mal que rezáramos y nos encoméndaramos a Dios que Señor de la Esperanza.
¡Feliz jueves!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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