martes, 26 de junio de 2018

25 de junio. Vida tras la ventana.

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Buen día nos dé Dios.
Cuando miro una ventana me imagino que tras de ella hay vida.
¿Hemos pensando en ello? ¿Hemos pensando la vida que llevarán nuestros semejantes?
No, creo que no...
Lo más que llegamos es a pensar lo que nuestra mente nos ordene. Pocos se imaginan que detrás de ese ventanuco hay vidas que tendrán buenos y malos momentos, que tendrán ilusiones y también tristezas, que tendrán alegrías y también problemas, que a lo mejor le va todo bien o a lo peor el dinero escasea y con él las necesidades básicas, puede ser que incluso que la salud sea quebradiza...
Sí, pienso que somos demasiados rápidos en poner una etiqueta a los demás porque en verdad no queremos saber lo que pasa en la vida de nuestros semejantes. Ni todo son alegrías ni todo es tristezas pero que cada uno tiene su vida, tiene sus problemas y a lo mejor estamos tan cerca que ni nos hemos dado cuenta de nada.
¿Has pensado que a lo mejor detras de esa ventana hay una persona sola? ¿Has pensado que puede que necesite desahogarse? ¿Has pensando que merece al menos una oportunidad para abrir su corazón porque necesita echar lastre por la borda?
Tenemos un mundo creado a medida donde nadie quiere saber nada de nadie, donde lo que importa es uno, donde lo que se necesita está delante de nuestros ojos y aparece en una pantalla. Por los medios tecnológicos nos van guiando en las necesidades, en lo que es imprescindible en nuestras vidas donde el dolor, la muerte o la enfermedad no existe porque no quieren que exista la tristeza a pesar de que el número de antidepresivos haya subido. Sí, vivimos una vida en solitario y llena de frustraciones donde siempre nos sentimos insatisfechos porque siempre queremos más de todo.
No pensamos en los demás porque nos estamos volviendo tan individualistas, tan egoistas, que no somos capaces de ponernos en la piel de nuestros semejantes que están tan cerca o tan lejos como esa sencilla ventana que seguro que tras ella hay vida y seguro mucho que compartir y aprender.
¡Feliz martes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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