Buen día nos dé Dios.
¡No hay nada como sentir la dulzura del hogar!
Sí, porque debe ser muy triste no sentirse bien en casa, tiene que ser muy doloroso el no querer llegar a tu casa, evitar entrar por sus puertas por mil razones.
No todos han tenido un Hogar, con ese calor, esa calidez, esa dulzura, y es como si llevaran un poco de lastre en el alma a modo de sentimientos. En cambio el que conociendo la hiel de no sentir tener una casa y prueba de la miel del Hogar lucha cada día de sus días para mantener el calor de la permanente chimenea que une y que tiene nombre: Amor.
Sí, pienso que lo que nos falta en muchos de los ámbitos de nuestras vidas es Amor.
La carencia de Amor hace que no seamos capaces de construir esos necesarios lazos entre nuestros semejantes, que nuestras familias sean todo menos eso, que nuestro hogar no tenga ese necesario efecto balsámico que genera nuestro ser en hombres y mujeres felices.
Un mundo carente de Amor es un mundo donde lo accesorio cuenta más que lo imprescindible, un mundo sin Amor es un mundo egoísta, ególatra, individualista, donde solo vale lo que diga Yo porque entre otras cosas solo vale pensar en Mí. Los demás no están ni se le esperan, los demás no importan, los demás se los dejamos a los demás porque no es cosa nuestra.
El Amor es bálsamo y pegamento imprescindible para todo lo que hagamos en la vida ya estemos en la calle, en el campo, con la familia, los amigos, en el trabajo, en los centros educativos o en el mismo Hogar.
¡Feliz viernes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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