Buen día nos dé Dios.
Vayamos por donde vayamos, caminemos por donde caminemos, siempre nos encontraremos con señales, símbolos, vestigios de Fe.
Esa espadaña de la vieja ermita que se divisa a lo lejos, esa cruz plantada en el camino, ese nombre de esa finca que nos recuerda advocaciones, esa pequeña Virgen de piedra casi desgastada por el paso de los siglos...
Ese repiquetear de campanas que se escucha a lo lejos, ese pequeño cementerio al lado de una pequeña iglesia que corona una cruz, esa persona con mirada absorta que pasea rezando el rosario y que lo lleva en su mano...
Esa señora que recorre los metros de su casa a la Iglesia para ir a Misa, esa bendición en la mesa, esas oraciones para despedir el día cuando te acuestas...
Esa recordatoria de la primera comunión que te llenan de recuerdos, esa imagen de los Titulares de tu cofradía de hace muchos años que son signos del tiempo que los llevas en el corazón...
Esa música sacra, esa Salve perdida que escuchas nítidamente aunque estés en la lejanía, ese tambor que resuena anunciando a Cristo muerto...
Esas colchas antiguas, esos encajes con siglos encima, esa pequeña tallla de Jesús que ha pasado de generación en generación y que son las galas que se presentan en muchos pueblos el día de Corpus...
Ese sonido de la carreta, ese tamboril llenándolo todo, esa caña que sirve de báculo, esa mochila a la espalda, que nos anuncian una romería...
Son muchos los signos que nos llevan a la Fe y que nos encontramos cada día, en cada momento. Solo hay que estar atentos, solo hay que estar pendientes.
¡Feliz martes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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