Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Ando preocupado como está España y no tanto por la situación política sino porque parece que todo está muy crispado, que o se es de uno o se es de otro, o piensas como yo o eres mi enemigo, o blanco o negro, o rojo o azul...
Todos molestos con todos, todos criticando a todos, todos enfadado y enfadados con todos.
En las redes sociales queman y fluyen los comentarios, las críticas, los malos modos e incluso algunos se permiten en ridiculizar en público a quién no opina como él.
Y esta crispación, esta tensión ambiental y personal, no es exclusiva de los españoles sino del resto del mundo. Parece que nos han inoculado la bacteria de la desesperanza, del mal humor, del odio, la ira, el rencor que es lo mismo de la tristeza, del miedo, de sentirse un despojo, de la baja estima.
Sí, pues todo lo que hagamos contra nuestros semejantes produce víctimas, todo lo que digamos de una persona que no nos cae bien, la lengua es un arma letal cuando quiere, la hace hundirse. ¿Vale la pena todo esto? ¡Pensadlo!
Aquí o eres de este o eres de aquél, o piensas esto o tienes por obligación que pensar lo contrario, o eres mi amigo o eres mi enemigo...
¡Qué mentalidad más limitada, más pobre, más mediocre!
Al final el que hunde se encuentra hundido, el que pisotea se siente pisoteado, quien se jacta en hacer el mal recibe su misma medicina, quien hace llorar a sus semejantes al final termina llorando pues en esta vida se paga todo, se recibe los que previamente has dado.
Yo, me decanto, me posiciono, amo y soy de Dios y si tengo que elegir bando elijo el BIEN, el AMOR y la ESPERANZA.
Lo demás se lo dejo a los demás.
¡Feliz martes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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