lunes, 25 de junio de 2018

25 de junio. Donde descansar la mirada...

La imagen puede contener: montaña, cielo, exterior y naturaleza

Buen día nos dé Dios.
Hoy cuando he salido de mi Atalaya en Villaluenga del Rosario para poner rumbo a lo cotidiano, al pan nuestro de cada día, me encontré con esta imagen que preside esta reflexión. No había amanecido pero ya el cielo tenía color aunque estuviera todavía apagado. La montaña gris oscura, las casitas blancas recalcaban lo bello del entorno, esa niebla que se colaba por la manga como si fuese algodón, como si nuestra mirada pudiera descansar en ella.
Y necesitamos descansar tanto la mirada...
Sí, porque a simple vista tenemos todo lo que nos rodea, a través de los ojos se cuela lo que nos quieren vender a través de la televisión, de internet, en las redes sociales. La mirada es nexo de unión con nuestro cerebro que descifra el mensaje que sea como sea nos afecta de uno u otro modo en los sentimientos.
En la mirada, muchas veces cansada, muchas veces borrosa, muchas veces oscuras y otras llenas de luz y color se concentra lo que es nuestra vida y también lo que querríamos que fuera.
Por eso es necesario posar la mirada en lo bello que nos rodea, en nuestro prójimo, en la vida entendida como un medio para hacer el Bien porque haciéndolo te cambia por entero y también a los demás.
Es necesario posar la mirada cerrando incluso los ojos para poder ver mejor, para poder pensar con claridad. Necesitamos mirar hacia arriba con corazón deseoso para encontrarte la mirada del Padre que ve siempre y también en lo escondido.
Y es imprescindible desviar la mirada de todo lo tóxico que nos pudre por dentro, desviar la mirada de todos los mensajes crueles, de maldades, de zafiedad, de falta de virtudes así como también de valores...
Pienso que muchas veces debemos ser más generosos con nosotros mismos y dejar reposar la mirada en esa imagen de esa algodonosa niebla que nos descansa, nos hace valorar la belleza de la Creación, nos hace ser más humanos, más sensibles, más cercanos...
¡Feliz lunes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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