Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Si algo no se encuentra a menudo en nuestro día a día, en la sociedad donde vivimos, porque entre las prisas que llevamos siempre no solo lo hemos perdido sino que ya ni nos acordamos, cuando nos encontramos con ello echamos en falta esos valores, ese sentido de ver las cosas, esa forma de ver y encarar la propia vida...
Eso pasa con la humildad, con la sencillez, con ese vivir desde el servicio, apareciendo siempre en segundo plano, no queriendo destacar en nada aunque su aportación es significativa, importante.
El sentido de la humildad lo va perdiendo este mundo, esta sociedad, en la que tienen como mitos a jugadores de fútbol que más que dar a la pelota se hacen mil fotos y las venden claro está.
Ya esfuerzo y el talento no van de la mano, ya todos se creen que tienen talento pero que no hace falta esforzarse para nada que en esta vida te lo dan todo hecho...
Y así nos va, y así continuamos caminando por este valle de lágrimas reconvertido en camino de espinas, envidias, de un protagonismo estéril en el que solo vale YO, Yo y yo mientras el Tú, que precisamente eres tú, ni está ni se le espera.
Por eso cuando te encuentras con personas grandes en esfuerzo, en talento, en genialidad, en capacidad de servir a los demás, en ese tipo de entrega que hace estén horas y horas para que todo salga como tiene que salir, te emocionas porque compruebas que no todo está perdido en este mundo el que parece primar solamente el interés.
Por eso cuando me encuentro con Maribel Azulina que es humilde, sencilla, que trabaja con inmensa dedicación, que une el esfuerzo con esa genialidad innata que tiene, que sirve sin descanso, que ama sin descanso, que quiere a los suyos sin descanso, que se entrega por todos sin descanso, pues claro entonces miras a ese cielo que tenemos tan cerca aquí en Villaluenga y le das las gracias a Dios por haber puesto a personas tan buenas y tan grandes a la vez en el camino de tu vida.
¡Muchas felicidades Maribel en el día de tu cumpleaños! Permíteme te regale esta reflexión hecha en voz alta. Un beso muy grande y que seas muy Feliz pues te lo mereces.
¡Feliz sábado!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Foto cogida del Facebook de Maribel
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