Buen día nos dé Dios.
Hoy jueves es un día que invita a vivir en comunión con Jesús que siempre nos espera y nunca se cansa. Nos espera en ese Sagrario que has visto cuando has entrado en esa pequeña Iglesia cuando la has visitado. Sí, donde está esa pequeña luz roja que resplandece tenue en la oscuridad se encuentra el mismo Dios pero lo hace sin molestar pues sabe que el que quiera ir a verlo irá porque para Él no hacen falta luminosos reclamos.
Sí, muchas veces entramos en la Iglesia y no nos damos cuenta que allí está Jesús Sacramentado. Hacemos una leve genuflexión ante el Altar Mayor para salir del paso y después pasamos por delante del Sagrario como si nada. Muchos se preguntan incluso que significado tiene esa velita roja que parpadea constantemente, muchos, que visitan la Iglesia por interés turísticos, se ponen delante del Santísimo hablando en alto y molestando en la oración a los que ante Cristo arrodillados quieren seguir con su conversación, su adoración, su comunión espiritual.
Y esto pasa, está pasando, porque entre otras cosas en España, antes Tierra de María Santísima, nos estamos olvidando, intencionadamente o no, de inculcar no solo la Fe sino los conocimientos de nuestras creencias, de nuestra Iglesia, de nuestras raíces. Sí, estamos viviendo en un mundo al que Dios no se le quiere y también hemos hecho lo propio en nuestras propias vidas y hasta muchos que ejercen algún apostolado no saben de la majestuosa grandeza que está en el interior del Sagrario.
Si en verdad fuésemos verdaderos creyentes, si en verdad sintiéramos a Cristo en nuestro corazón, no habría un día que no lo fuéramos a ver al Sagrario y querríamos estar allí por tiempo sin límite porque ahí está Dios. Pero somos del mundo y este se ocupa a diario de intoxicarnos y alejarnos de la Fuente de Agua Viva que es Jesús Eucaristía.
Se puede rezar en cualquier sitio, es verdad, se puede sentir a Dios en cualquier lugar, también es verdad, pero el único lugar que sabes está es el Sagrario y lo puedes encontrar en cualquier Iglesia de cualquier pueblo o ciudad. Allí donde veas una velita roja que parpadea junto a un altar: ¡¡Allí está Dios!!
¡Feliz jueves!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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