Buen día nos dé Dios.
Lunes antesala de un domingo con sabor a uno de esos jueves que lucían más que el sol y que se siente que Cristo Eucaristía, presente en nuestras vidas cada día, hará acto de presencia pública en las calles de nuestros pueblos y ciudades. Solo algunas mantienen ese Jueves que lucía más el sol y las demás organizan procesiones para el próximo domingo donde algunas se realizarán en la máxima solemnidad y otras desde la sencillez de lo que es "La Pureza de lo Auténtico".
La Procesión del Corpus Christi será una más si los que la organizan, participan y presencian no son enamorados y adoradores de Jesús Sacramentado.
La verdad es que Jesús se va adentrando poco a poco en nuestros corazones, por más pétreos que puedan ser, hasta llegar a transformarlos, hasta llegar a hacerlos dóciles y llenos de humilde mansedumbre. Se puede vivir la gloria de Dios aquí en la Tierra, se puede vivir la alegría de antesala al mismo Cielo con solo mirar al Señor que nos espera a cada instante en el Sagrario, celebrando la Eucaristía y comulgando su preciosísimo Cuerpo que nos desintoxica de todo lo pernicioso y nos limpia a base de Amor.
Dios está aquí y ahora lo que pasa es que nosotros no nos damos ni cuenta de ello, no queremos darnos cuenta porque eso en verdad compromete y mucho.
Dios se nos muestra a través de nuestros hermanos, nuestro prójimo, los que nos rodean. En la medida que amemos a nuestros semejantes amaremos al Señor. Tan fácil y tan complicado como eso.
Vivir una vida en Dios es ponerla en sus manos para que deje hacer sin ninguna objeción, que transforme nuestras vasijas de barro en instrumentos útiles para anunciar su Reino, que nos haga sencillos y mansos de corazón, alejados de cualquier protagonismo estéril, que nos haga sufrir hasta la persecución del mundo, el rechazo del mundo, el olvido del mundo, porque así comprobaremos que estamos haciendo según la Voluntad del Padre pues pensemos que si todos hablaran bien de uno es que algo estamos haciendo mal.
Y vivir una vida en Dios se transforma en el semblante pues en los ojos puedes encontrar eso que estamos tan ansiados como es la Paz...
Conozco a muchos que viven en Dios al 100% pero hoy se me viene una persona a la mente, también al corazón, a la que quiero, admiro y respeto. Se llama Rafael y se apedilla Pinto y es sacerdote. Pastorea el rebaño de los feligreses que conforman mi querida Parroquia del Santo Cristo de San Fernando que la lleva por la senda de la Verdad que nos hace Libres con paso firme y corazón misericordioso.
Cuando hablo y miro a los ojos del Padre Rafael invariablemente mi corazón se llena de Paz y una honda emoción me envuelve porque tengo junto a mi a un hombre entregado a servir, a ser de Dios, a vivir en Dios sirviendo a nuestros hermanos, ese prójimo que siempre está, por medio de la Madre Iglesia.
Hoy cumple años Padre Rafael y doy gracias a Dios por haber permitido conocerlo y ponerlo en nuestras vidas, en la de tantos, porque su ministerio sacerdotal es pura vocación de Amor a Dios sobre todas las cosas.
¡¡Muchas felicidades, de corazón!!
Hay que dar tantas GRACIAS A DIOS por los regalos que nos hace cada día, cada instante de nuestras vidas.
¡Feliz lunes!
Reciba, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario