martes, 22 de mayo de 2018

22 de mayo. Cuando te sientes agredido por el miedo...

La imagen puede contener: cielo, montaña, naturaleza y exterior



Buen día nos dé Dios.
¿Has visto la imagen? ¿Has visto como un mar de densa niebla quiere adentrarse en la carretera? Esto que ha sucedido esta misma mañana entre Benaocaz y Ubrique me ha hecho pensar porque aparte de la belleza agreste y natural de gozar de un horizonte insólito aunque más corriente de lo que creemos en los lugares de montaña.
La carretera puede bien ser nuestra propia vida la cual recorremos con pasos inexpertos por más kilómetros que llevemos transitados y esa niebla que quiere colarse, que quiere penetrar, puede bien representar todo aquello que nos ofrece dudas que nos hace temer, que nos da miedo...
El ser humano es un ser desconfiado y temeroso que duda del paso siguiente a dar. Los que basan su vida en la excelencia ilustrada podrán tener más cultura, podrán saber casi todo, podrán vivir en su propia inopia pues lo mismo que se cultivan en todas las artes también lo hacen en la vanidad y no hay peor enemigo que creerse mejor que el que tienes enfrente, que el que está a tu lado.
Si nosotros queremos ganar en confianza tenemos que poner nuestros afanes, encomendar cada paso, al Señor pues Él te librará de los enemigos, te protegerá de todos esos miedos, eso que nos es tenebroso, eso que nos hace dudar de nosotros mismos, de nuestras capacidades, eso que representa esa densa niebla que no deja ver el horizonte diáfano, libre y lleno de Esperanza.
Sí, todo en nuestra vida consiste en ser de Dios o ser de otros que lo único que te garantizan una vida efímera que pasa demasiado pronto donde puedes tocar el nauseabundo "poder", donde puedes llegar a ser tan influyente que eso te haga ser un chantajista, donde puedes llegar a ser temido aunque nunca querido ni respetado.
Dios nos ofrece ir confiados y seguros por el camino de nuestra via aunque nos acose la niebla densa y todos sus peligros porque Él se encarga de protegernos a todos y sobre todo a los más inocentes que son continuamente atacados.
¡Feliz martes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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