Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Hoy celebramos la Ascensión de Jesús a los Cielos, hoy celebramos que dejó de estar con nosotros en presencia física para así poder permanecer siempre a nuestro lado, hoy celebramos que todo lo que estaba escrito se cumpliría como se cumplió en su Vida, Muerte y Resurrección.
Jesús está a la derecha del Padre y nos tiene preparada una estancia para los que con nuestros aciertos y desaciertos, con nuestro caminar seguro y algunas veces torpe, seguimos sus pasos donando nuestra propia vida para que Él habite en la nuestra.
Hoy conmemoramos que Jesús ascendió en majestad al mismo Cielo pero que está con nosotros aquí y ahora y más concretamente cuando vamos a la Iglesia a celebrar la Eucaristía, que no olvidemos es su Cuerpo y Sangre, o rezamos en la oscuridad delante de ese sencillo y pequeño Sagrario.
Jesús Ascendió pero no se fue, no se marchó, no nos abandonó ni lo hace porque no es que le importemos sino que nos Ama con locura a todos y cada uno de nosotros e incluso a esos que hacen mal cada día intenta tocar su pétreo corazón porque para Él nada hay imposible, para Jesús todo el rebaño son sus ovejas.
Y Jesús Ascendió a los Cielos en Jerusalén, yo mismo tuve el privilegio de tocar la piedra donde dicen posó sus pies por última vez y os puedo decir que estalló en mi cuerpo una energía espiritual que recorrió todo mi ser y me cambió por siempre. Aun hoy cuando lo recuerdo me emociono porque en esa roca que Jesús posó sus pies me hice discípulo suyo a tiempo completo y sin importar el cómo y el por qué.
Cristo Asciende a los Cielos todos los días, desde todas partes del mundo, también aquí en Villaluenga del Rosario que es lugar privilegiado donde se disfruta, se vive, con intensidad lo que es "La Pureza de lo Auténtico", lo que es vivir mansa y humildemente siendo grandes de corazón.
¡Feliz domingo de la Ascensión del Señor!
Y ya sabes los que nos exhortó Jesús: Qué fuésemos al mundo para anunciar el Evangelio, que fuésemos del mundo para hablar su lenguaje pero sobre todo que somos del Cielo porque el mensaje no es nada más y nada menos que nuestra Salvación.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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