viernes, 1 de diciembre de 2017

1 de diciembre. Ofrendas.

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Buen día nos dé Dios.
Pues aquí sigo, sentado frente a la ventana, sin forzar la voz aunque si las palabras pues salvo cuando la medicación y las horas pasan y el cansancio me vence en estos días de silencio obligado me gusta mucho escribir.
La verdad es que un padecimiento de este tipo no es para rasgarse las vestiduras pues como vienen se marchan aunque el mientras tanto siempre suele ser bastante molesto sobre todo para el que lo sufre.
Hay otros padecimientos que se sufren mucho y durante largo tiempo y esos si que son devastadores, esos si que nos debemos preocupar.
Pero todo lo que te pase que no contabas con ello y que supone un pequeño o gran revés te aconsejo lo ofrezcas al Señor, es la mejor medicina pues sabes que por lo menos sirve para algo.
Lo ofreces y te abandonas en los brazos de Dios para que te cuide y mejore. Lo demás es esperar que pase el tiempo y cuando ya nos encontremos de nuevo bien seguro que ni nos acordamos de ese traspiés.
Somos limitados y por tanto débiles. No hay nadie, por muy poderoso que llegue a ser, que no se encuentre mal alguna vez o simplemente muera porque Dios nos hizo a todos iguales y únicos a la vez. Somos nosotros los que voluntariamente le queremos llevar la contraria.
Nadie es más que nadie y menos tampoco. Esta debería ser nuestra filosofía de vida, nuestro itinerario vital. Solo así seremos capaces de captar el sentido de hermanos que nos ha otorgado Dios.
Feliz viernes y recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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