Buen viernes nos dé Dios.
Día de locos con demasiados cuerdos.
Todos tenemos nuestro grado de locura, divina sea, y todos aguantamos la "locura" de los demás cosa que no es tan divina porque hemos perdido esa capacidad de aguantar, de escuchar, de la paciencia, de ponerse en la piel del otro, de intentar caminar con sus zapatos por los caminos que recorre.
Nos hemos hechos inaguantables unos con otros y así nos va...
Pero de vez en cuando te encuentras con esa persona que sabe y quiere escuchar, que prefiere callar a decir, a decir a contar, a contar prestando atención a los demás.
Si, de vez en cuando te los encuentras y como son aguja en pajar los valoras porque se distinguen del resto sin quererlo y menos proponerlo.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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