Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Hoy es un día de mesurada alegría, desbordante agradecimiento y recuerdos que se clavan en el corazón. Este día cumplo años pero este día es totalmente diferente a otro, tiene que serlo a la fuerza. En muy pocos meses se ha cerrado una parte de mi vida y eso es innegable.
Pero Dios que es la Sabiduría hecha Esperanza ha hecho que esto haya sucedido cuando mis pies tocan el suelo y las raíces estén tan profundas que el árbol no cae por más podas que reciba.
Ya apagué las velas y he encendido otras que son las de mi Esperanza de que este nuevo año de mi particular vida va a ser mucho mejor pero que eso es cosa del Señor que es el que decide para nuestro bien porque conseguir la santificación se convierte vital para cuando llegue el momento de abandonar este rincón y encaminarse a la gloria del sendero eterno.
Por eso hoy cumplo años lleno de Esperanza, de alegre gratitud y sin atisbo alguno de rencor en mi corazón y eso precisamente es lo que tengo que agradecer de por vida a las personas que tanto me han querido y que ya descansan en la Paz y Felicidad del Señor.
Sí, soy quién soy gracias a ellos y esa es la mejor enseñanza que he podido recibir. Vivir en virtudes, en valores y con un código de honor que ha pasado de padre a hijo te hace ser diferente al resto que algunas veces te entenderá y otras no tanto.
Le decía el otro día a un querido y viejo amigo, no por años sino por la luenga amistad que nos une, que el que vive según la coherencia de vida en muchos momentos se sentirá solo pero que bendita soledad esa.
Soledad buscada y encontrada es la que te hace ser una persona fiable porque tu vida no es de volantazos sino firme y recto. Esa soledad con el tiempo no es tanto pues al final encuentras a esas personas que como tu hacen lo que deben en sus vidas.
Agradezco tanto a los que están junto a mí, los que me quieren, apoyan y perdonan siempre. Agradezco tanto a los que un día dejaron de caminar conmigo pues o se acabó la etapa o se dejaron llevar por sus intereses. Les agradezco el tiempo que permanecimos juntos, les agradezco que se fueran, que pusieran tierra de por medio...
48 años a base de gratitud, ese podría ser el resumen de mi vida.
Y los que Dios quiera haciendo siempre su voluntad que en verdad para eso estamos.
Feliz lunes, feliz semana, feliz día.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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