Buen día nos dé Dios.
Gastamos tiempo y dinero en cultivar y cuidar nuestro exterior y no somos capaces de dedicar ni un minuto en nuestro interior que es en verdad al que hay cuidar con mimo y aprecio.
Y cuidar nuestro interior implica la salud, nuestro organismo así como también el espíritu que es imprescindible para afrontar nuestro día a día.
Tener hábitos saludables de vida en lo físico, en lo psíquico, en lo emocional así como en lo espiritual.
Quién cultiva el espíritu tiene una base firme para saber encarar los envites de esta vida pues serás capaz de percibir esa dimensión que otros no llegan.
El pensamiento, la reflexión, la meditación, la oración nos hacen expandir el espíritu a unos campos que no sabíamos que existieran.
Un paseo, detener la mirada en el cielo, perder la vista en el mar, respirar aire puro, conversar, reír y orar en cualquier sitio y en el lugar que es el Sagrario.
Si alimenta el espíritu, cultiva con esmero tu interior, y verás la vida desde otro sentido con distinto color.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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