domingo, 2 de julio de 2017

2 de julio. Intenta ver el tesoro que tienes delante.


Buenas tardes mi querida Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Para conocer bien un lugar, una situación, una persona, hay que apartar todo lo que lo ensombrece, lo oculta, lo protege, lo ahoga y descubrir entonces la belleza del tesoro que se escondía ante nuestras propias miradas.
Para conocer bien hay que dejar a un lado lo accesorio, lo innecesario e ir directamente al corazón.
Muchas veces nos perdemos entre la arboleda que se muestra ante nuestros ojos y de este modo perdemos la verdadera dimensión de las cosas.
En demasiadas ocasiones preferimos quedarnos con los títulos, los honores, las medallas, los premios, lo superfluo que es en definitiva belleza artificial, belleza caduca, belleza finita ante lo incomensurable de la grandeza del ser.
La verdadera belleza radica en el corazón, en la persona, en el lugar, en lo íntimo que se guarda y protege como cofre a un tesoro.
Estamos rodeados de tesoros que somos incapaces de ver porque estamos abstraídos en lo que nos nubla la vista que suele estar a la vista de todos.
Esta fotografía de mi bendita Villaluenga del Rosario cuando daba mi paseo por la tarde con Enriqueta se ve el tesoro que es este pueblo que se esconde de la vista de los que no quieren ver por medio de arboleda me hizo pensar en esta reflexión que hoy comparto con todos vosotros.
¡Feliz Domingo!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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