Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Algunas veces en este paseo que se convierte la propia vida nos encontramos con alguna que otra cuesta algunas ligeras de subir y otras bastantes complicadas.
Pero una vida que sea siempre una llanura se convierte en aburrida e incluso te puedes llegar a amodorrar y no hacer nada de nada ni por ti, ni por los demás, convirtiéndote en un jarrón de porcelana que sirve para lo que sirve y ya está.
¿Qué cuesta? ¡Seguro! ¿Qué te llegas a ahogar hasta perder la respiración? ¡Por supuesto! Pero cuando la alcanzas respiras tranquilo el aire puro pues has eliminado las toxinas que ensucian el alma hasta hacer que nos sintamos muy oscuros por dentro.
Cuando lleguen las cuestas a tu vida, párate, reflexiona, pide ayuda a Dios y empieza a subirla sin prisas y pocas pausas ofreciendo cada pisada, cada ahogo, cada padecimiento.
Y una vez superada sentirás como tu corazón late no tanto por el esfuerzo sino por la alegría que supone el haber superado ese obstáculo y haberlo hecho para mayor gloria de Dios.
Feliz martes.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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