Buen día nos dé Dios.
Tiempo de espera..., 30 minutos.
Cuantas veces hemos visto o escuchado esta coletilla cuando hemos de hacer alguna gestión.
Media hora es para algunos un mundo y para otros no tanto.
El tiempo lo asumimos según nuestras prioridades, nuestras prisas, nuestras obligaciones.
El tiempo es para todos lo mismo pero no es igual.
Los días pasan volando menos para los que no tienen nada que hacer y es que es muy triste no tener nada que hacer o no saber cómo nutrir tu tiempo.
Siempre se ha dicho que si tienes que pedir algo lo hagas a quien está muy ocupado y no al que nada tiene que hacer pues nunca tienen tiempo para nada de nada.
El que tiene su tiempo ocupado está acostumbrado a entregarse por los demás y saca ese minuto de donde haga falta. Son los que sacrifican sus aficiones e incluso su familia por hacer lo que le han pedido, por ayudar a los demás.
Y claro el segundo de una persona servicial es más fructífero que la que no lo es.
Todos los días igual!! Escuchamos demasiadas veces y siempre le contesto: Porque tú quieres!!
Si hacemos, nos implicamos, nos mojamos por los demás ofreciendo nuestro tiempo desde esa gratuidad veremos que nuestra vida cambia, que adquiere otro sentido, que comprobamos que ningún día es igual a otro, que nuestro tiempo siendo igual no es lo mismo.
Podremos estar más cansados pero seremos felices porque hemos contribuido para hacer un mundo mejor y más Feliz.
Seguro que tienes que esperar esos 30 minutos para hacer la gestión pero mientras lo haces puedes rezar, pensar, llamar o compartir mensajes que nos ayuden porque de quejas, malestares sin fundamento cada vez estamos más hartos.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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