Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Me gusta levantarme, amanecer a un nuevo día, abrir la ventana y respirar antes que mirar, notar el aire puro como traspasa mis pulmones refrescando y limpiándome por dentro, aireando mi interior como el de una casa demasiado cerrada que cuando entra aire nuevo parece hasta otra.
Me gusta levantarme y agarrar la vida con ilusión, con Alegría, con Esperanza, con ganas de hacer mucho aunque luego haga lo que pueda.
Me gusta levantarme y perder la mirada en ese cielo recién amanecido o si es más tarde con el sol imperando en todo.
Me gusta levantarme porque ese es el momento en el que yo amanezco a nuevo día. Soy más diurno que nocturno porque a las claras se ve todo y por la noche ya sabemos que hasta los gatos son pardos.
Y me gusta levantarme esté donde esté aunque donde lo vivo de una manera muy especial es en Villaluenga del Rosario donde todos los amaneceres son distintos aunque parezcan iguales.
Y esa energía, esa fuerza, esa ilusión, esa Esperanza, que hace que cada día ponga mis pies en el suelo esté como esté tiene nombre aunque no apellidos: Dios.
Él nos regala cada día, cada instante, cada amanecer y nosotros muchas veces no nos damos cuenta de que eso es así. Por eso hay que empezar cada día mientras abre tu ventana con una acción de gracias al Señor poniendo el nuevo día en sus manos, sabiendo que Él hará lo mejor que sea para ti, entendiendo con ese Amor de Buen Padre que tenemos mucho que hacer pero que también merecemos nuestro descanso.
Sí, hoy es un día precioso, el mejor de los regalos, vamos a ponernos en marcha y hagamos lo que tengamos que hacer para que entre todos este mundo sea mucho mejor.
Feliz viernes.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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