Buen día nos Dios.
En estos momentos de preocupación e incertidumbres que a nadie ayuda sino a los que llevan a su vida eso de "que a río revuelto, ganancias de pescadores".
Hoy no esperad una reflexión que recalque este sentimiento sino uno que alimente lo mejor de nosotros mismos.
He defendido en innumerables ocasiones que somos muy rácanos a la hora de expresar nuestros sentimientos. Nos cuesta dar un abrazo, un beso, una sonrisa, una palabra de aliento y felicitación.
Ahora cuando llegan la Navidad nos encargamos de enviar a nuestras amistades esa felicitación sacada de fábrica y que es compartida por millones de personas.
Muchos dirán que " han cumplido" y a otra cosa.
Pero es que no se trata de "cumplir" sino de dar. Dar y ofrecer cariño, que sepan que les importas, que cada uno es único y todos son esenciales en tu vida.
Felicitar la Navidad no es cualquier cosa y la misma debe ser sincera, hecha de corazón porque los que en verdad celebramos el Nacimiento del Niño Jesús, que eso y no otra cosa es la Navidad, nos debería sobrar la hipocresía.
Ojalá en estos días el mundo se inunde de Amor, generosidad y verdadero cariño que salga del corazón no el que nos diga la felicitación fabricada de turno.
Felicita a los demás por Navidad y también después y serás, harás muy feliz a todos.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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