sábado, 12 de diciembre de 2015

12 de diciembre.



Buenos días Villaluenga.
Buen día nos de Dios.
A lo mejor nos estamos distrayendo demasiado con todo lo que rodea a estas especiales fechas y no nos fijamos en lo extraordinario de las mismas.
Que no, que no todo son compras y más compras que después dejan los bolsillos vacíos y las conciencias amortiguadas de tanto tener.
Que no, que no todo es la mejor iluminación sino sentir la Luz del que va a nacer en nuestros corazones.
Que no, que no todo son imágenes idílicas además de irreales cuando hay tantos que pasan y sufren a diario.
Que no, que no podemos permitirnos tantos lujos cuando todavía hay tantos que no tienen ni donde recostar la cabeza.
Que no, que estamos desvirtuando el mensaje hacia lo material, lo caduco, lo finito, lo que se compra y vende por el maldito "parné".
Que no, que pienso que estamos para otras cosas que atontar nuestras mentes con la "fiesta" que roda a la Gran Fiesta que es celebrar el Nacimiento del Niño Dios.
Que no, que no todo es nieve, ni regalos, ni críticas, ni rencor, ni exabruptos, ni echar en cara eso de "y tu más", ni nada que nos separe de la verdadera y uníca realidad que es la Navidad: Qué Jesús Nace y lo hace para morir y resucitar, darnos Vida en esta vida que se traduce tan solo en muerte, darnos la Dignidad de ser todos iguales pues todos somos hermanos pensemos como pensemos.
Que Jesús, el Niño, es lo más grande que ha sucedido y pienso que sucederá en nuestro mundo que en demasiadas ocasiones camina igual que antes que naciera.
Donde el poder es el poder, donde los demás no importan, donde los que no piensan y creen igual son unos parias que deben ser como mínimo eliminados.
Y Jesús, el Bendito Niño que nació en Belén y que lo sigue haciendo en nuestros corazones a diario, destruyó a base de entregarse a todos nosotros ofreciendo salud a los enfermos, ver a los ciegos, curar a los que llevan tantos demonios dentro de si, de enseñar a los sencillos, humildes, los mansos, los que no quiere nadie porque a nadie les interesa.
Y Jesús, el Niño que dentro de poco nos volverá a nacer, hizo todo por Amor.
Ahora me pregunto y os pregunto: ¿Por qué nos cuesta tanto vivir en el Amor y para el Amor? A lo mejor si somos capaces de aparcar nuestro YO podremos dejar ese necesario hueco que tanto nos beneficiará y ayudará a tantos porque vivir en el Amor es simplemente vivir en Jesús, el pequeñín que dentro de nada volverá a nacer en el portal que instalemos en nuestro corazón.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar mi reflexión a mi querida hermana en la Eucaristía Cristina Llano a la que quiero de verdad, con la que he compartido tanto y a la que admiro siempre. Feliz cumpleaños mi querida amiga.

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