Buen día nos de Dios.
¿Habéis observado como se le eriza el pelo a un gato cuando presiente el miedo?
Así es como nos sentimos muchos cuando leemos o escuchamos los comentarios, la bravuconerias e incluso amenazas de los que llevan el rencor y el odio marcados a fuego en el corazón y que ahora detentan el poder por muy "bastardo" que pueda ser.
Se respira incertidumbre e incluso miedo entre las personas moderadas que son muy respetuosas con las ideas y pensamientos de los demás. No hay nada peor que un radical pidiendo "respeto" porque el mismo solo se circunscribe a su idea o pensamiento convirtiéndose en un energúmeno cuando no sólo se le lleva la contraria sino que se le discute su opinión con otros argumentos.
Pero Cristo que siempre está con nosotros en todo momento y ocasión nos habla por medio de Su Evangelio que hoy precisamente nos dice que "tenemos que amar a nuestros enemigos y rezar por quienes nos persiguen".
¡Qué grande eres Dios mío!
Cuando más angustiado podemos estar Él sale a nuestro encuentro para decirnos que vayamos a Él todos los que nos encontramos cansados y agobiados pues es nuestro auténtico descanso.
Jesús nos pide que seamos perfectos y para serlo tenemos que intentar por todos los medios el perdonar y rezar por esos "enemigos" que nos persiguen porque es el mayor ofrecimiento de generosidad, de Amor y entrega que podremos realizar y que a nosotros nos sumirá en la paz y felicidad de espíritu y a "ellos" le dan una oportunidad para cambiar y salvarse. Esto también es caridad cristiana.
Sólo Tú Jesús puedes hacer mi corazón dócil y manso para que sea capaz de amar, perdonar y rezar por quienes me desean el mal en el todos los sentidos.
Ante el Sagrario me pongo manos a la obra.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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