lunes, 6 de abril de 2015

desde el tren. 6 de abril. ¡Con alegría!



Buen día nos de Dios. 

La dificultad, el sacrificio, el hacer algo aunque te cueste si lo ofreces por el Señor y encomiendas ese dolor para que se mitigue otro es la mayor obra de amor que podemos realizar. 

El pasado Viernes Santo lo pude comprobar con mis propios ojos al ver a tantas personas cargando a Jesús y María con sufrimiento, con dolor, con el normal cansancio de los que llevan también el peso de la edad y caminan llevando a Jesús con una enorme e invariable sonrisa.

Así debemos vivir nuestro fe en Cristo: ¡Con alegría! Pues Jesús está vivo, pues ha resucitado venciendo al mal y a la muerte.

Que tendremos momentos difíciles, de tristeza, preocupación, debilidad, enfermedad: ¡Por supuesto! Y es bueno que sea así.

Que muchos recuerdos nos inundan el alma con lágrimas de sangre porque echamos en falta a un ser muy querido al que nos quedó tanto por decir: ¡También nos ocurrirá!

Y es bueno que así suceda pues nos daremos cuenta lo necesitado que estamos de Dios y que Él es nuestro faro, guía, luz y única Salvación.

Sintiendo nuestra ínfima pequeñez seremos verdaderamente consciente de la grandeza misericordiosa de Jesús.

Hoy quiero dedicar pues lo tengo muy presente esta reflexión en el primer Lunes de Pascua, que es una fecha muy importante para mí pues en el primer lunes de Pascua del pasado año me estaban interviniendo quirúrgicamente en Madrid, a un querido y buen hermano que hoy precisamente 6 de abril conmemora el décimo aniversario de su querido, amado, respetado y recordado padre del que él se siente tan orgulloso y del que su padre seguro que lo está de su hijo, hijos y familia, allá en la Gloria donde seguro está junto a Dios.

Mi querido Juan José López Cartón hoy mi reflexión, mi recuerdo y oraciones van por ti, por tu padre y tu querida Familia.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

¡Feliz Pascua de Resurrección!

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