lunes, 20 de abril de 2015

desde el tren. 20 de abril. Justicia quiero pero por mi casa que no pase.




Buen día nos de Dios.

A veces nos encontramos con situaciones ciertamente sorprendentes cuando no rocambolescas. 

Muchos son los que un día y otro están demandando justicia ante todo y ante todos porque ven transgredidos sus intereses cuando son los que más tienen que callar.

Estos son los que dijo Jesús hace más de dos mil años los que se fijan más en la mota de polvo en los ojos de los demás aunque no son capaces de ver la gran viga que tienen en el suyo. 

Estos son los que "apuntan y disparan" sin importarles llevarse por medio lo que haya que llevarse por medio aunque esto al final redunde en un perjuicio para ellos y sus familias.

Estos son los que por sus "egoísmos" no son capaces de ver claro que si todos los demás tienen derechos y obligaciones ellos también los tienen y que lo bueno es para todos por igual y lo menos bueno también.

Qué fácil ha sido siempre eso de tirar la piedra y esconder la mano, qué fácil es moverse por el mundo como una culebra que va arrastrándose por el camino y cuando menos te lo esperas te muerde hasta hacerte grave daño, qué fácil es mirar solamente por lo tuyo aunque dependas de los demás.

Estos que basan sus vidas en estos "intereses", en estos "horizontes", en conseguir mucho en poco tiempo a costa de lo que sea caiga quien caiga con los que este dicho se cumple y a rajatabla: "¡Justicia quiero pero por mi casa que no pase".

Y a lo mejor todo es más sencillo, más fácil, cuando nos dejamos tocar por el dedo de Dios que ablanda nuestros pétreos corazones, diluye nuestros orgullos malsanos que no nos llevan a ningún lado y hacen mucho más daño del que nos podemos presuponer.

A lo mejor es hora de fijarse más en que nos dice Jesús y menos los que nos dice esa parte del mundo intoxicada por el Maligno. 

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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