Buen día nos dé Dios.
¿Hace frío verdad?
En España en la jornada de hoy han bajado las temperaturas con cierto grado de consideración y eso hace que el gélido frío exterior también se note en el interior de nuestras casas dejándonos literalmente helados.
El de dentro podemos aliviarlo nosotros por medio de la calefacción o por la apacible chimenea pero el de fuera eso ya es otra cosa porque no depende de nosotros, no está en nuestras manos.
Pero el del interior con ganas de hacerlo se puede conseguir.
Eso también nos pasa con el día a día, con el desafecto a nuestras personas, a las personas que queremos, a las cosas de Dios.
Fuera muchas veces la gelidez nos hace entumecernos y no salir de nuestra carcasa, esa que hemos construido para que nadie nos haga daño porque ya estamos un poco hartos de sufrir.
Ponemos la barrera protectora a modo de bufanda y abrigos que nos aislen un poco de todo lo que nos rodea y de lo que no nos gusta o no nos hace bien.
Eso nos pasa porque en nuestro interior no chispea la llama de la confianza, de la Esperanza, de la Fe, de una vida espiritual intensa y plena.
De nuestro interior, el mantenerlo cálido, el saberlo aislar del frío ambiente que nos rodea nos tenemos que ocupar nosotros poniendo lo necesario para que Dios habite en nuestro ser.
Si no estaremos dejando que ese frío que impera afuera también nos inunde por dentro y entonces habremos dado la partida por perdida y el mundo nos habrá ganado de nuevo la partida mientras nosotros yacemos en ese lecho de las inseguridades, de la frialdad, de la desconfianza, del desapego.
Feliz viernes.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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