Buen día nos dé Dios.
Muchas veces pensamos en blanco y negro pues muchas veces creemos que todo lo que tenga que ver con la penitencia, la meditación, la conversión, es triste, es apagado.
Muchos son los que creen que Cuaresma significa dolor cuando es lo contrario, es preparación para vivir y comprender mejor la grandeza de ese acto de entrega sin límites que hace el Padre Dios con su Unigénito. Sí, Dios entrega a su Hijo al escarnio, el martirio, la ejecución para que así de esta forma nos salve de la vileza que anida en nuestros corazones, nos purifique con su misma sangre, nos libere del Mal.
Jesús nos convierte una y mil veces a mirar con sus ojos, a vivir con su vida, a testimoniar con su testimonio.
Jesús resucita y nos resucita, Jesús nos enseña que es Amor para que vivamos en el Amor.
Y Jesús nos enseña a coger nuestra cruz ofreciendo su carga como el mayor sacrificio para la salvación de muchos y también de la nuestra.
Hoy II Viernes de Cuaresma es un día para vivirlo al calor y con el color de Cristo no para hacerlo con mirada triste donde todo se percibe en blanco y negro.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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