Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
¿Prefieres ser respetado, temido, odiado o querido?
Sí, te hago esta pregunta sin ningún tipo de ambages pues en los tiempos que corren muchos son los que se sitúan en estos cuatro puntos cardinales.
Una vez, hace algunos años, un político que se creía superpoderoso y que sus conciudadanos bien se encargaron de ponerle de cara a la vida cuando se volvió a presentar y perdió estrepitosamente que si él no era respetado sería temido. Me miró a los ojos con una sonrisa entre la vileza y la ostentación de una indigesta soberbia.
Sin perder mi natural tranquilidad le hice esta pregunta: ¿Y no prefieres ser querido?
Me miró, se calló, giró su cabeza hacia otro lado y desde entonces me retiró su saludo. En mi caso no consiguió que lo temiera, que lo odiara, que lo respetara sino que me diera en sí una gran pena porque al final es un pobre desgraciado que solo bebe del poder cree que tiene y hace tanto tiempo que perdió...
La verdad es que en esta vida tenemos que hacer todo lo posible para ser queridos por nuestros hechos, por nuestras palabras, por nuestros silencios. Ser querido por entregarte a los demás sin pedir absolutamente nada a cambio, ser querido porque tú eres el primero en querer a los demás.
Y el ser querido te hace ser respetado pero desde ese ángulo de la afabilidad, de ser una persona cercana, correcta, educada, sin ningún tipo de doblez.
Yo la verdad me decanto por ser querido pero serlo porque transmito a los demás el Amor que Dios me regala cada instante, ser querido porque quiero a los que me rodean y perdono a los que me hacen daño que también es otra forma de querer...
¡¡Feliz sábado!!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario