Buen día nos dé Dios.
Todo camino recto necesita de las curvas para que nos nos relajemos en demasía, para que no nos entre esa clase de sopor que hace nos desconcentremos y perdamos el norte de donde en realidad estamos.
Y la vida también necesita de esas curvas que hace que la misma sea más interesante, que nos avise del peligro, que nos ponga en alerta ante cualquier situación inesperada.
Sí, las curvas también son necesarias aunque hay que saberlas tomar con precaución no exenta de determinación.
Es que si todo en nuestro vivir es según lo esperado tendemos a la monotonía que siempre mata ese necesario interés que debemos tener todos sin excepción. Y nuestra vida en la Fe tampoco podemos caer en lo de siempre, en esa monotonía que hace repitamos gestos, oraciones, sin vivirlas, sin meditarlas, sin permitir que nos transforme por dentro.
También en nuestra vida de Fe hacen falta las curvas que nos hagan prestar atención a nuestra espiritualidad, que nos avise que estamos cayendo en ese siempre peligroso conformismo, que nos avive la llama para vivir y dar esa clase de Amor hecho Esperanza que nos regala Cristo a cada instante.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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