Buen mediodía Villaluenga.
Buenos días nos dé Dios.
Tenemos que tener abierta siempre la ventana de nuestra vida a la Fe, al Amor, a todo lo bueno que nos ofrece el Señor cada día.
Lo que no podemos es tenerla para la maldad, los insultos, las criticas, el ser Yo por encima del Tú, el sembrar dudas contra amigos y enemigos, a mirar por encima del hombro, a marcar distancias con tus semejantes...
La vida no es un plato de aceitunas donde escupes el hueso, lo que no te gusta, la vida es un todo y en ese todo hay que procurar hacer el Bien.
¿De qué me sirve que todos piensen que soy bueno cuando por detrás estoy dando puñaladas traperas a diestro y siniestro?
¡No nos engañemos y no nos dejemos engañar!
Esto es más fácil, más sencillo. En la vida hay que marcarse un itinerario e intentar llevarlo a cabo. En este "programa" debe primar el servir a los demás porque haciéndolo así estaremos sirviendo a Dios.
Pero servirlo desde la gratitud, desde la entrega del mismo corazón, y no buscando eso que llaman interés y que lo único que hace es ensuciarlo todo.
Los sentimientos no entran en eso que llamamos mercadeo pues cuando se le pone una etiqueta y con ella un precio dejan de serlo para convertirse en simple mercancía.
Por eso animo a tener las puertas de nuestras vidas abierta al Bien, a la Fe, al Amor que es lo mismo que decir que a Dios para que Él haga en nosotros su voluntad.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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