Buen día nos dé Dios.
Cuando el sol alumbra nos insufla esa clase de alegría, de energía y bienestar que hace que el ánimo se venga para arriba y aun habiendo dolor, enfermedad o preocupaciones todo tiene un matiz que a todos nos llena de Esperanza.
Pero el tener o vivir en la Esperanza no es cosa de días, de estaciones en el año, de años o si hoy sale o no el sol porque el que en ella vive lo ve todo del color que tiene y que para cada uno es distinto pues cada uno tiene su Esperanza.
También hay que saber mirar traspasando esos nubarrones que nos envuelven con alegría y con esas dosis de necesario optimismo, también hay que saber vivir en la calidez de nuestro corazón y que este se traduzca en hechos y palabras aunque la gelidez nos rodee.
Que se note que somos de Cristo como sello de identidad que nos presente ante el mundo y ante todos los que nos rodean sean cercanos o lejanos.
Pero ser de Cristo es ser de Cristo ya que en estos casos como en otros no se admiten sucedáneos que pueden hacer mucho daño a los demás pero sobre todo a ti.
Por eso no hay nubarrones suficientes para mitigar nuestra Esperanza.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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