Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
En este soleado y precioso domingo mi corazón es especialmente de color rosa y por ello estoy tan sensible y emocionado.
El rosa, ya sea lazo, pulsera o lo que sea, significa el color de los que luchan contra el cáncer de mama que es una enfermedad que afecta a demasiadas personas lejanas y también cercanas.
El cáncer es una enfermedad, terrible e injusta como tantas pues nos lleva en muchas ocasiones a lo irreversible. Pero también esta enfermedad es un sopapo que la vida te da y te aclara las ideas cuando vives en tu particular inopia. Toda enfermedad tiene que ser vivida, aunque suene duro lo que voy a decir, con tintes y color de Esperanza.
Hoy mi reflexión es mi apoyo a tantas enfermas que lo sufren, a sus familias que también la sufren pues ven con dolor e impotencia cuanto sucede. Hoy mi reflexión también es mi apoyo a cuantos se dedican para que hayan las suficientes coberturas, a los médicos, enfermeras, personal sanitario que vela por cada uno de los enfermos pues cada uno es mundo aparte.
Hoy mi reflexión es aliento, es Esperanza, es acompañar en el sufrimiento, es saber ver a pesar de cualquier pesar la mano bendita de Dios.
Hoy mi reflexión va dirigida a tantas mujeres que siguen luchando, a esas miradas llenas de emociones encontradas, esas sonrisas pacientes que esperan todo se supere con la ayuda de la Santísima Virgen y de los medios médicos que hoy en día tenemos.
Hoy mi reflexión también va dirigida a todas las que se quedaron en el camino y que hoy habitan en la Casa Eterna, a sus familias, amigos que aun hoy lloran en el desconsuelo.
Sí, hoy mi reflexión, en este precioso domingo, en el día del Señor, va dirigida a quienes padecen esta temible enfermedad porque todos sabemos que para Dios los más necesitados, los más desfavorecidos, los más débiles son sus hijos predilectos y los enfermos los son.
Recibe,mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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