sábado, 14 de octubre de 2017

14 de octubre. Ahora, dime tú...

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Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
A estas alturas no quiero decir más de lo que digo aunque pienso lo seguiré haciendo.
Ahora dime tú...
Dime tú que harías para solucionar el mundo, que harías para mejorar la convivencia, que cambiarías para que no te señalen con tantos dedos inquisidores por pensar como pienso, por opinar como opino...
Dime tú si eres capaz de batirte el cobre ofreciendo tu cara, tu prestigio, tu persona por mantener esa Libertad que nos da Dios y que después nosotros mismos mercadeamos con ella.
Dime tú que es lo que debería cambiar para parecerme a ti porque en este mundo tan narcisista y endogámico la perfección existe mirándote solamente al espejo. Los demás tenemos que ser clonados porque somos ciertamente imperfectos y eso aquí y ahora no tiene perdón.
Dime tú si por el interés que interesa no debo defender lo que en realidad creo a quienes quiero y con los que me identifico.
Dime tú, que pareces estar en esa clase de verdad que todos los demás buscamos, si por hacer lo que hago y decir lo que digo ya estoy siendo juzgado por el gran sanedrín de los terrenales justos.
Dime tú que es lo que debo, debemos hacer, los que pensamos distinto a ti.
Se pueden tener conversaciones, ampliar conocimientos, debatir, pero siempre desde el máximo de los respetos, desde eso que llaman educación y que ahora parece que está dentro de los restos arqueológicos de una sociedad demasiado emponzoñada.
Pero lo que no se puede es querer conversar poniendo "etiquetas" a todo bicho viviente, creando la duda para llevarte el ascua a tu sardina, el querer ser el vencedor de todas las batallas porque bien sabes que la batalla, sea cual sea, está perdida.
Si a los que se creen en posesión de la verdad, de la justicia, de la equidad, de la razón, del desarrollo y del progreso al nivel que sea le digo que llegó la hora de definirse sin meter al otro en la cazuela.
Sí, ahora te toca a tí...
Ahora, dime tú...
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Por favor que nadie se dé por aludido pues esta reflexión no es mi intención crear mal ambiente sino hacer pensar...

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