7 de octubre. ¡Felicidades Rosario!

Buenos días Villaluenga.

Buenos días Cádiz.

Buen día nos dé Dios.

Hoy es el Día del Rosario, día de nuestra Patrona, de Nuestra Madre...

Hoy es el día en el que tus hijos de todos los lados de este pequeño-gran mundo te llevan en el corazón y te regalan esas plegarias que tanto te gustan, como la Madre que eres, en las que te piden y sobre todo te dan Gracias.

Gracias por ser Madre en todos los sentidos, por ser la que siempre está, la que nunca abandona, la que sabe todo y siempre calla pero no otorga sino ayuda, vence y convence para que a nosotros sus hijos benditos nunca nos pase ningún mal.

Sí, hoy Madre de Villaluenga, de Cádiz y de tantos lugares de este mundo que te veneran y te quieren con esa locura que es la medida del Amor que como todos sabemos es el Amor sin medida.

Hoy cada uno de nosotros sabrá que pedirte y también que agradecerte aunque lo segundo sea a cada instante pues el solo hecho de abrir de nuevo los ojos a la vida cada día es ver su mano, es saberse protegido por tan bendito manto inmaculado y lleno de esa Esperanza que no se pierde.

Hoy es un día para celebrarlo compartiendo y en la soledad de la oración que es buscada y encontrada.

Hoy es día de rezar el Rosario que es la mejor arma que tenemos contra el Mal en el mundo.

Nunca olvidemos que la Fe pesa lo que pesa el Rosario.

Hoy es día de celebración, de emociones encontradas, de Amor de Madre siempre bendita.

Por eso hermanos míos hoy es un día para estar alegres aunque estemos tristes, para estar esperanzados aunque nos inunde la desesperanza, para ser valientes aunque todo nos invite a mirar hacia el otro lado.

Hoy es el Día de la Virgen del Rosario y es motivo más que suficiente para ser Felices y demostrar que la Amamos ofreciendo nuestro Amor, nuestro Perdón, a todos los que nos rodean, los que siempre están con nosotros y aquellos que por las circunstancias de la propia vida nos quieren mal.

Hoy es el Día del Rosario que es el día más bonito del Año.

Felicidades a todas las que lleven tan precioso Nombre, las que lleven por nombre Rosario.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.