Buen día nos dé Dios.
Último día de este mes de octubre que ha sido en demasiadas ocasiones ciertamente inaguantable con tantas tensiones que nos ha producido a todos una terrible sensación de hartazgo que se traduce en un cansancio casi patológico.
Hoy muchos por la noche y madrugada celebrarán la muerte, que tiene guasa incluso el decirlo, aunque después muchos de esos no visitan un hospital, un tanatorio o un funeral porque no "soportan" el dolor...
Por eso hoy por ser hoy quiero dedicar mi reflexión a una querida amiga a la que estimo, admiro y quiero de verdad a la par que a su marido, un hombre honorable y de honor, sus hijos y su bendita Familila.
Ella siempre está dispuesta a echar un cable en lo que sea, siempre ayuda, siempre está en las maduras pero sobre todo en las duras que es en verdad cuando se ven a los que te quieren realmente.
Mujer de convicciones y de profunda Fe que hace todos los días plantándole cara a la vida pero desde el respeto, la tolerancia, la educación...
Mujer que sabe estar siempre y además con una sonrisa.
Mujer a la que tengo como muy buena Amiga porque me lo ha demostrado por activa y por pasiva.
Mujer que hasta para diferir lo hace con elegancia, prudencia, educación y sobre todo respeto que es lo que falta en una sociedad demasiado zafia, demasiado vacía...
Esta mujer, esta señora, esta dama, se llama Lucía Gutierrez y es mi Amiga por lo que le doy inmensamente las GRACIAS y también le pido PERDÓN por si alguna vez no he estado a la altura de su nobleza y buen corazón.
Lucía como tantos otros que están más próximos que lejanos nos ofrecen testimonios que nos hacen ver la vida más fácil, más edificante, más vida llena de Esperanza.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
De izquierda a derecha: María José de Alba, Hetepheres, Lucia Gutierrez y su marido el Capitán de Navío, Vicente Ortells.