sábado, 7 de febrero de 2015

desde el tren. 7 de febrero. Nieve en nuestro corazón.




Buen día nos de Dios.

Nieva copiosamente en Villaluenga del Rosario y cada vez que admiramos este prodigio, esta sorpresa, de Dios nos hace rememorar estampas que parecen salidas de otras épocas.

Nieva y no hace frío, nieva y la alegría se expande entre todos porque la nieve es sinónimo de paz, tranquilidad y sosiego.

Nieva aunque nosotros debemos mantener cálidos nuestros hogares que son nuestros corazones. Un corazón vivo puede estar nevado aunque nunca helado. 

No hay nada peor para uno mismo y para los que nos rodean el tener una corazón que sea un témpano de hielo porque el frío nos hace huraños e introvertidos y eso trasladado a los sentimientos es algo muy duro y a la vez doloroso.

Debemos mantener nuestros corazones cálidos siempre, un corazón ilusionado permanentemente con todo lo que nos rodea. 

Que la ilusión, la esperanza, la alegría no se consiguen con grandes objetivos y metas sino con lo pequeño, lo ínfimo, lo que a diario nos rodea.

Y ser felices, tener un corazón cálido que de calor al hogar de nuestras vidas es lo mejor que nos puede pasar porque así por mucho que nieve o que haga frío nuestra vida que es nuestro hogar siempre será buena posada para nuestros seres queridos, amigos y personas que nos puedan necesitar.

En este sábado blanco en Villaluenga del Rosario disfrutemos de las sorpresas que Dios nos da a cada instante.

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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