Buen día nos de Dios.
En Tú Presencia Señor, solamente en Tú Presencia sé lo que es la felicidad más plena, más rica y que abarca cada centímetro de mi cuerpo.
Jesús, vamos corriendo y no atinamos a parar porque tenemos que hacer mucho en poco tiempo o por lo menos eso creemos.
Tú sabes mejor que nadie que las prisas no son buenas consejeras y que por hacer mucho lo estemos haciendo bien.
Tú sabes que es mejor parar para comenzar de nuevo pero contigo, siguiendo Tus Pasos, abrigandome junto a Ti.
La vida sin Jesús no tiene norte, meta o fin porque vivimos en la negritud de un mundo demasiado alejado de todo y que queriendo comprar la felicidad sabe a ciencia cierta que la misma no se compra como tampoco tiene precio la vida de cada uno de nosotros pues pertenece a Dios.
Y si Dios es Amor nosotros debemos vivir en el Amor y vivir en el Amor santificante del Señor es entregarse todos los días a cada segundo por todos nuestros hermanos.
En la entrega desmedida al prójimo al cual debemos amar igual que a Dios está condensado el principal mandamiento que nuestro Padre Celestial nos indica a diario.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
Quiero dedicar esta reflexión a Carmen Alvarez Mira por su cumpleaños.
¡Alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar!
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