martes, 10 de febrero de 2015

desde el tren. 10 de febrero. Sentirnos queridos.




Buen día nos de Dios. 

¡Qué bien sienta sentirte querido! 

Y así el calor del amor compartido y entregado hacia todos se debería convertir en lo más normal del mundo en nuestras vidas. 

Pero es que desgraciadamente pasa lo contrario más de la cuenta porque cada uno se fija en sus afanes, cada uno persigue sus metas y cada uno tienen sus problemas que parecen que son tan personales que parecen intransferibles.

El dolor y las preocupaciones son menos cuando se comparten y la alegría es más grande cuando la hacemos extensiva a los demás. 

Tenemos que aprender a alegrarnos de las buenas noticias de los demás y también debemos aprender a compartir el dolor, hacer del dolor y la alegría algo nuestro cuando le sucedan a los que nos rodean que son más de los que imaginamos. 

¡Todos necesitamos sentirnos queridos por los demás!

Todos sin excepción porque hasta el animal más fiero cuando se le da cariño va cogiendo confianza y convierte su fiereza en docilidad hasta entregarnos su amor lleno de confianza. 

Para que eso suceda no podemos quedarnos en nuestra "comodidad" sino salir al encuentro del otro y ofrecerle los brazos abiertos para que encuentre en nosotros ese amigo que como Dios le ayuda, le escucha, le anima y le ofrece razones para seguir teniendo esperanza. 

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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