lunes, 16 de febrero de 2015

desde el tren. 16 de febrero. Con la mirada perdida en la eternidad.




Buen día nos de Dios. 

Viendo una foto que me hizo mi querido Miguel Angel PachecoBenitez el sábado de la nevada en Villaluenga me ha hecho pensar en esta reflexión. 

Cuando leo y escucho la Palabra que nos dice que nuestro "Reino no es de este mundo", lo hago mío porque así lo siento. 

Eso no es óbice para no trabajar a diario en el que a diario nos alumbra poniendo toda la carne que se pueda en el asador para intentar entre todos hacerlo más justo y donde las desigualdades se vayan diluyendo. 

Pero no os negaré, cómo bien dijo mi querido José Antonio Medina Pellegrini, que vivo mi día a día con ansias de eternidad pues a eso y no otra cosa es lo que debemos aspirar todos los que tenemos como Padre a Dios. 

Conseguir llevar una vida encaminada hacia la santificación no es nada fácil con todo lo que nos suele rodear. 

Habitamos en un mundo donde constantemente se nos incita a coger la manzana del árbol prohibido haciéndonos creer que es lo mejor para nosotros. Estamos en una sociedad en la que "tanto tienes tanto vales" pues todo tiene su precio incluso tú y yo. 

El maligno y sus secuaces nos "ofrecen" sus mejores productos y aunque no nos cuestan nada si os diré que nunca salen gratis. 

Por eso hay que centrarse en la misión que Dios nos ha encomendado empeñando nuestros mayores esfuerzos en llevarla a cabo aunque dejemos las apetitosas sugerencias de este mundo porque el nuestro no es este sino el Reino de los Cielos. 

¡Ánimo y a seguir trabajando para mayor gloria de Dios! 

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.

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