miércoles, 18 de febrero de 2015

desde el tren. 18 de febrero. Una Cuaresma para la Esperanza.




Buen día nos de Dios. 

Empieza la Cuaresma que es un tiempo para dejarse impregnar de Jesús. 

La vida pública de Cristo nos enseña a ciencia cierta con la disposición con la cual debemos encarar la nuestra. 

Son cuarenta días en los que la oración, la penitencia, los sacrificios nos van preparando para sentir en carne propia el dolor de Jesús. 

El Señor nos va encaminando hacia nuestra propia santificación y vivir la Cuaresma con intensidad y plenitud nos ayuda y de qué manera. 

Necesitamos sentir un latigazo en nuestro viciado corazón para que se caigan muchas ramas podridas que nos impiden admirar el cielo. 

No tenemos que concebir la Cuaresma como algo triste sino como parte de un camino que nos lleva directamente a Dios. La oración, la penitencia e incluso los sacrificios no tienen que estar envueltos en tristeza sino en Esperanza. 

Hoy cuando nos impongan la Ceniza nos recordarán lo que somos y seremos porque el cuerpo al final de los tiempos se convertirá en efímero polvo pero nuestra alma inmortal vivirá en la plenitud junto a Dios que es Todopoderoso. 

Cuaresma es ir tras los pasos de Jesús e ir tras Él es caminar por senderos tranquilos aunque las aguas estén turbulentas hacia nuestra propia salvación. 

Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo. 

Esta reflexión se la quiero dedicar a mi querido José Miguel Córdoba Mariscal en el día de su cumpleaños. ¡¡Muchas felicidades!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario