Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Cuando visitas un pueblo, visitas su historia, su cultura, sus tradiciones, sus raíces y también su forma de vivir la Fe.
Por eso me gusta detenerme en esos lugares, esos monumentos, que se erigen como esos bastiones donde tantos han depositado sus plegarias, sus desconsuelos, sus anhelos y Esperanzas.
Cuando paso por una Iglesia y más si es antigua noto ese poso que tienen todas ellas que es la creencia en Dios de muchos desde hace siglos. Sí, hay lugares que sientes que la Fe se puede tocar porque desde que entras hasta que sales notas algo especial en tu corazón, sabes que el Señor está ahí donde más de uno hablen en su nombre.
Por eso me da tanta tristeza de las Iglesias desacralizadas que se mantienen con otros fines patrimoniales pues aunque observas su majestuosidad se siente esa clase de frío interior de los que sabemos que Jesús no está allí en Presencia Viva y lo más son las personas devotas que llevan a Cristo en su corazón a modo de sencillo y humilde Tabernáculo.
Además del valor arquitectónico, además del valor artístico, además del valor histórico, está el más importante, el de la Fe, el de la devoción, el de Casa abierta a todos los que quieren encontrarse un ratito con el mismo Dios.
Por eso me alegra ver siempre una Iglesia, por eso siempre me paro ante ella si está cerrada y entro para ver a Jesús en la oscuridad y también soledad del Sagrario, por eso me gusta detener mis pasos cuando me encuentro que una Iglesia se topa ante mi como si nada.
La vida vivida desde los ojos de la Fe es una vida apasionante pues siempre Dios te sorprende con algo nuevo, con ese lugar, esa persona, ese detalle, que hace vuelvas la mirada irremediablemente hacia Dios dándole inmensas gracias.
¡Feliz viernes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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