Buen día nos dé Dios.
¿Os habéis dado cuenta lo rápido que pasa el tiempo?
Sí, el tiempo pasa rápido pero sobre todo es que se nos pasa a nosotros con una velocidad que algunas veces da incluso miedo.
Antes de ayer éramos unos niños, ayer unos jóvenes y hoy peinamos canas. La vida, la nuestra, la podemos contemplar con echar un simple vistazo.
El tiempo pasa rápido pero en verdad es inalterable pues tiene sus secuencias en cambio nosotros tenemos la percepción de que se nos escapa de las manos.
Pero esa percepción también es ciertamente relativa pues si estamos en un sitio que no queremos estar, padecemos una enfermedad, o lo que estemos haciendo es tedioso, entonces el tiempo pasa con una lentitud pasmosa. En cambio si es todo lo contrario el mismo vuela.
Somos nosotros los que con nuestro estado de ánimo percibimos todo de forma diferente.
Y es que el ser humano por antonomasia es incorformista, siempre quiere más, necesita ser mayor cuando se es joven, ansía ser joven cuando se es mayor... Así siempre pues en verdad solo pensamos en nosotros mismos, en nuestros intereses, nuestras apetencias, nuestra necesidad de que llegue el viernes, en este caso yo el primero... Pensamos tanto en lo que ha de llegar o en el tiempo que ya ha pasado que nos estamos perdiendo el vivir el presente, el aquí y ahora, que en verdad es lo que nos debería importar pues con lo de ayer no se puede hacer nada y el mañana en verdad nunca llega del todo.
Jesús en el Evangelio nos pide que confiemos en Dios que es el Señor del tiempo y no pensemos tanto en eso de que podría hacer, que puede pasar o podría haberlo hecho. No está en nuestras manos, lo que tenemos que hacer es tener ciega confianza en Dios, ponernos en sus benditas manos para que Él haga según su voluntad que es lo mejor para nosotros aunque para eso hay que tener Fe y en verdad no tenemos toda la que debiéramos.
¡Feliz jueves 13 de septiembre!
Vive intensamente el día de hoy para que no te cuenten lo que este día nos ha ofrecido.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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