Buen día nos dé Dios.
Hay imágenes que nos dan Paz y otras que nos la quitan...
Desgraciadamente de las segundas abundan porque nos la ofrecen a cualquier hora del día ya sea en las redes sociales o encendiendo la televisión para ver los informativos. Desgraciadamente se han puesto de acuerdo para hacer que con imágenes y palabras se cree un devastador estado de ánimo que nos haga vivir sin Esperanza.
En cambio las que nos dan Paz no son de tanto interés porque nos hace ver la vida desde la tranquilidad, desde el sosiego, que en verdad es bálsamo para nuestras almas.
Pero estas existen y se dan a cada instante lo único que está en nosotros el fijarnos o no...
Siempre he pensado que para ser capaz de captar la Belleza de cualquier cosa, de cualquier instante, es necesario tener un corazón sensible y bien sabemos que la sensibilidad también te hace sufrir porque te sientes cercano a las personas, a sus vidas, así como al entorno que estés, las circunstancias que concurran... Pero prefiero sufrir por ser sensible que sufrir por lo contrario pues hasta el que atesora un pétreo corazón también sufre pero este no es por compartir vivencias con los demás sino por todo lo contrario.
El ejercicio es fácil: Sales a la calle y te fijas en el cielo que siempre nos sorprende con una belleza distinta a cada instante, seguro que mires donde mires se presentan ante ti imágenes que llenan el corazón de esa Paz que no se puede comprar ni vender ya que es gratuito como todo lo que nos regala a diario el Buen Dios.
Mirad la que hoy presento en esta mañanera reflexión: Un lugar idílico como es Villaluenga del Rosario, un sitio donde descanso y vivo como es mi Atalaya y un precioso gatito felizmente durmiendo. ¿Es o no una imágen que transmite Paz?
Pues cómo esta millones al día en el lugar que vivas...
¡Feliz martes!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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