Buen día nos dé Dios.
Cuando menos te lo esperas aparece un claro en el cielo y hace que veas todo de distinta manera apreciando cada color...
Nos han prometido los que quieren dirigir nuestras vidas un "mundo feliz" donde no haya enfermedades, ni dolores, ni ancianos, ni niños, ni nada de nada que pueda cambiarnos esa meta de felicidad llena de artificio. Poco a poco se está instalando la cultura de la muerte aunque nos alejan del dolor implícito que lleva la muerte. Parece que están mandando mensajes, perfilando una cuidada ingeniería social para cambiarnos de afuera hacia dentro. Nos crean necesidades que no tenemos y eliminan las que ansiamos, nos están formateando la mente y ahora todo lo vemos normal menos lo que es verdaderamente normal.
Este mundo programado para que sus habitantes en vez de seres humanos seamos seres medio robotizados no quiere a Dios, al verdadero Creador de todo cuanto tenemos y disfrutamos a diario, no quiere ese mensaje de Amor al límite, se mensaje de Perdón a todos, ese mensaje de Caridad hacia los más desfavorecidos de alma y cuerpo, ese mensaje de Esperanza que llena el alma de los que les están robando el ánimo y la ilusión de seguir hacia adelante.
Por eso vemos la muerte como el final de todo, como una lugar oscuro, tenebroso, pero en verdad con la muerte empezamos a Vivir porque es el paso definitivo para encontrarse frente a quienes tanto niegan como es Dios que nos juzgará en justicia y misericordia como los hijos pródigos que somos, que hemos vuelto a casa...
Sí, podrán decir mil cosas, hacer otras, programarnos la mente para que veamos lo que ellos quieren que veamos pero cuando nos asomamos a la ventana y miramos al siempre imponente cielo que se abre mostrando un claro de nubes blancas y el azul rompiendo lo gris de nuestras vida entonces somos conscientes que no somos un simple número sino una persona con dignidad creado a imagen y semejanza del mismo Dios.
El día que comprendamos esto seguro que vivimos esta vida como anticipo de la que nos tiene reservada el Señor.
¡Feliz lunes y semana!
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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