Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Aunque más tarde de lo normal porque en este domingo he apartado durante un tiempo el reloj y cuando me he querido dar cuenta ya la mañana había pasado.
Domingo gris, fríio y lluvioso. Domingo hogareño. Domingo del Señor. Domingo de la Familia. Domingo también de los que no Hogar, no tienen Techo. I Domingo de Adviento.
Hoy cuando te asomes por la ventana no verás encendidas las luces de Navidad aunque ya una luz nos recuerda que está próximo el Nacimiento de Jesús.
Esa luz nos indica que el Amor vuelve a nosotros en la persona de un recién nacido. Esa luz nos enseña el por qué de esa Venida.
Y esa luz también nos debería tocar el alma para entregarnos a nuestros hermanos, nuestro prójimo, que son todos hasta esos que no tienen techo donde resguardarse, no tienen hogar, ni casa, ni comida.
Alrededor de una chimenea que bien se está aunque cuando vemos esas llamas y el calor que sentimos nos debería arder la conciencia hacia nuestro olvido de esos que no tienen nada y sobre todo carecen del cariño de los demás.
Jesús nace especialmente por los desfavorecidos, los perdidos, los alejados, los pecadores.
Y es que ese Niño nacerá como cada madrugada del 25 de diciembre para entregarnos ese Amor absoluto hacia todos nosotros que también somos desfavorecidos, estamos perdidos y alejados porque somos pecadores y más lo seremos si nos seguimos olvidando de nuestro prójimo, de nuestros hermanos.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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