Buenos días Villaluenga.
Buen día nos dé Dios.
Todos los caminos desembocan en la misma meta, todos los caminos llegan a su fin. Los hay pedregosos, empinados, peligrosos y también llanos, cómodos y sin mucha dificultad.
¿Quién determina la dificultad de un camino? ¡¡Nosotros mismos!!
Para algunos el más peligroso es el cómodo y para otros el más llano es imposible de transitar.
Somos nosotros, con nuestras fuerzas, padecimientos, ánimo, valor y miedos los que determinamos qué camino es el que nos viene mejor y la forma de transitarlo.
Según que edad y que circunstancias nos acompañen así será nuestro modo, nuestra manera, nuestra vida.
Y así debemos concebirlo, asumirlo e incluso aceptarlo porque enfrentarse a nuestra propia realidad es hacerlo contra un muro demasiado inamovible, demasiado infranqueable.
Aunque nuestro camino, el de hoy porque mañana será otra cosa, lo dispone el mismo Dios que sabe de nuestros límites, nuestras fuerzas o capacidad.
Dejémonos abrazar por Él y guiarnos por su senda y entonces todo nos será más fácil, más cómodo y realizable.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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