Buen día nos dé Dios.
Vivimos la vida sin pensar en la muerte a la cual hemos apartado de la existencia como si no estuviera.
Según el mundo hay dos cosas que es mejor ni mencionar: El demonio y la muerte.
El primero porque no interesa.
La segunda porque se caracteriza por el desgarro y dolor que es ella misma en sí.
Y la muerte forma parte de nuestra vida. Si no pensamos en ella y le damos su importancia tampoco nos vamos preparando para ella.
Es mejor morir sabiendo que es el paso necesario para alcanzar la Vida que Dios nos tiene preparada que pensando que es el fin de todo y que nuestra meta es morir y punto.
Soy feliz con la vida que Dios me ha dado, estoy agradecido de esta segunda oportunidad que me ha sido concedida. Por la enfermedad he tenido tiempo de pensar en la muerte sin miedo ni temor sino con Fe.
Es unos de los misterios de la propia vida y es una garantía el saber que al final del final te vas a encontrar cara a cara con el mismo Dios.
Recemos a San José Bendito para que nos ayude en el tramo final de nuestras vidas.
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