Buen día nos dé Dios.
En la vida, en nuestro particular día a día, el valor de la superación siempre debe estar al alza porque si no avanzamos nos quedamos estancados y eso siempre es malo para nosotros y también para los demás.
Superar los malos momentos, los malos recuerdos, las malas experiencias, el dolor, lo que nos cuesta y fatiga así como la enfermedad.
Quién tiene espíritu de superación afronta todo desde otra perspectiva y aunque no esté en sus manos la solución si está poniendo de su parte para la misma.
Todos necesitamos levantarnos cada día con ese espíritu que hace que veamos la realidad de otro modo. En el modo y forma de los que viven, vivimos, con ese valor añadido que se llama superación.
En los ojos, en el brillo de la mirada, es donde se percibe bien a las claras quién se supera cada día y quién ha dado por vencida la batalla.
Es un camino arduo, muchas veces inhóspito y pedregoso, pero con la ayuda de Dios siempre Todo es posible.
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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