Buen día nos dé Dios.
Admirar el mar en noche iluminada por la luna es un placer para el espíritu.
El oleaje es como nuestra propia vida que llega a nuestra propia orilla para después marchar habiendo impregnado de momentos nuestro particular existir.
El agua estancada se pudre y no sirve para nada. El agua viva es que hace que vivamos, sintamos, experimentemos. Algunas veces tropezaremos, por supuesto!! Pero quien no cae no se levanta ni adquiere una experiencia tan necesaria para la propia vida de cada cual.
La vida siempre será más vida si entre todos somos capaces de dignificarla porque nunca olvidemos que cada uno de nosotros somos únicos y también irrepetibles porque estamos hechos a imagen y semejanza de Dios que siendo únicos no somos iguales.
Si, ayer el mar embriagaba los sentidos...
Recibe, mi querido hermano, un fuerte abrazo y que Dios nos siga bendiciendo.
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